Editorial: | |
Año de edición: | 2023 |
Páginas: | 304 |
P.V.P. | 19 euros |
Traductor: | Antonio Padilla Esteban |
Sinopsis:
Al joven agente Jack Laidlaw no le gusta trabajar en equipo, pero tiene un sexto sentido para lo que ocurre en las calles. Su jefe atribuye la violencia a las rivalidades de siempre, pero ¿es así de sencillo? Cuando se inicia la guerra entre dos bandas de Glasgow, Laidlaw necesita averiguar quién eliminó al abogado Bobby Carter antes de que toda la ciudad estalle.
Los libros de William McIlvanney sobre Jack Laidlaw cambiaron
el panorama de las historias detectivescas en Reino Unido. Considerado el
fundador del denominado tartan noir, sus novelas negras de corte clásico
han inspirado a muchas generaciones de escritores. Cuando murió en 2015,
McIlvaney dejó un manuscrito con el primer caso de Laidlaw que Ian Rankin finalizó. Sólo
la oscuridad es el resultado.
Fuente: web de la editorial
Opinión personal:
Tras un breve paréntesis en mis lecturas habituales, vuelvo
de nuevo con una novela de uno de los géneros que más me apasionan: el noir
policíaco de corte clásico. Por eso, cuando vi este título entre las novedades
de la editorial, la curiosidad de apoderó de mí y no me pude contener. Lo
realmente original de este libro es que iba a ser la precuela de la trilogía
protagonizada por el detective Jack Laidlaw, pero el manuscrito quedó
inconcluso cuando su autor, William McIlvanney falleció en 2015. Fue Ian Rankin,
uno de los escritores de mayor éxito de Reino Unido y su mayor seguidor, el
elegido para terminar este libro, ayudándose de las notas que su autor dejó.
Sólo la oscuridad está ambientada a principios de los años setenta, en la
ciudad de Glasgow. Bobby Carter, un abogado tan listo como corrupto y mano
derecha de un poderoso capo de la mafia, ha desaparecido. Unos días después
encuentran su cadáver, cosido a puñaladas, en la parte trasera de un pub,
propiedad de otro gánster rival. Esta muerte puede ser el elemento catalizador
de una guerra entre bandas a gran escala. Jack Laidlaw es el nuevo fichaje del
equipo de investigación asignado al caso. Su reputación le precede y parece
tener un sexto sentido para saber lo que pasa en las calles, pero hay que
atarlo en corto para sacarle todo el partido…
Grosso modo esta es la prometedora premisa de una novela que nos acerca
al primer caso de Laidlaw, el mítico detective de Glasgow. Cuenta con una
ambientación que no llega a ser tan sobresaliente como me esperaba, pero retrata
correctamente el inframundo criminal de la mafia en esta ciudad escocesa, la
pobreza, el alcoholismo, la violencia y el sectarismo mientras se siguen
perdiendo puestos de trabajo, siendo la vida mucho más precaria y los
pandilleros un tumor a extirpar por su peligrosidad. Como contrapunto estaban
sus barrios periféricos refinados donde transcurre buena parte de la historia.
Todo esto con el hedor siempre presente de la corrupción.
A pesar de que la acción transcurre en el breve plazo de seis
días y los capítulos son de corta extensión, su ritmo no es nada frenético y la
dosis de suspense es tan insuficiente que acaba difuminándose. El libro está
correctamente escrito y tanto la trama como el contexto temporal están
manejados con maestría. Lo más destacable es su personaje principal, un tipo carismático
apasionado de la filosofía. Un detective de la vieja escuela, poco ortodoxo y
bastante impredecible en su enfoque. Es un inconformista que se salta los
procedimientos y a menudo tiene una visión del caso que difiere de la de sus
compañeros. Su traslado no fue voluntario, aunque no se especifica de dónde
viene ni tampoco el motivo de este cambio, y no parece que quiera adaptarse. Es
un verso libre en un mundo donde todo está hecho en serie, dedicado en cuerpo y
alma a su trabajo, que antepone a la familia. Fumador empedernido y con un
matrimonio en fase terminal. En el resto de personajes apenas se ha
profundizado, tienen sus contornos desdibujados y parecen indistinguibles unos
de otros, pero es algo lógico en una novela que tiene apenas trescientas
páginas y está escrita a cuatro manos.
Sintetizando: Sólo la oscuridad es un noir policíaco de
corte clásico con el que realizaremos un viaje por las calles del Glasgow de
los años setenta, explorando su inframundo criminal tras un asesinato que podría
ser el desencadenante de una guerra territorial entre bandas rivales. Una
novela que te recomiendo si te gusta este género literario o si eres fan de
alguno de sus dos autores.
Leí hace unos años Laidlaw, la primera entrega d ela trilogía y me gustó mucho. No sé por qué no he vuelto sobre él. Apunto esta.
ResponderEliminarUn beso.
Entre que no es mi género y que el suspense se acaba difuminando, lo dejo pasar.
ResponderEliminarGracias por la reseña, Marina.
Un beso.
Conozco a los dos autores pero solo de oídas, no he tenido el gusto de leer nada suyo, pero esta precuela firmada por ellos sería una buena manera de saber como escriben.
ResponderEliminarUn beso
Una reseña de doce
ResponderEliminarVengo de leer tus impresiones en instagram porque no estaba muy convencida, pero he cambiado de idea. Esta novela podría gustarle y mucho a mi padre. Besos
ResponderEliminarMuy buenas, marina.
ResponderEliminarEste libro podría estar bien pues cuenta con los ingredientes necesarios para gustarme. Muchas gracias
Hola Marina, me encantan las historias que se desarrollan en Escocia... pero de este tipo no tanto... lo dejo pasar.
ResponderEliminarUn besazo
Muy buena reseña, Marina. Para los que gustéis del estilo de la novela que nos acabas de presentar, es muy recomendable, también, la serie de cuatro novelas (la última recién publicada) protagonizadas por el policía Harry McCoy, del escritor escocés Alan Parks. Están ambientadas en el Glasgow de aquella época y son un perfecto retrato de la criminalidad del lugar.
ResponderEliminarUn saludo.
Ya sabes que me gustan mucho este tipo de novelas aunque, no sé por qué, ésta no me llama tanto como otras así que creo que la dejaré pasar
ResponderEliminarBesos