Editorial: | |
Año de edición: | 2025 |
Páginas: | 768 |
P.V.P. | 24,90 euros |
Traductor: | Anuvela |
UNA SACERDOTISA QUE CREE EN LO IMPOSIBLE
Joia, la hermana de Neen, es una sacerdotisa idealista y con una increíble capacidad de liderazgo. De niña, asiste cautivada a la Ceremonia del Solsticio de Verano y sueña con un nuevo y espectacular monumento levantado con las piedras más imponentes del mundo. Pero la agitación está creciendo en las colinas y bosques de la Gran Llanura.
UN MONUMENTO QUE DEFINIRÁ A UNA CIVILIZACIÓN
La visión de Joia de un enorme círculo de piedras, reunidas por las divididas tribus de la Gran Llanura, inspirará a Seft y se convertirá en la obra de su vida. Sin embargo, a medida que la sequía arrase la tierra, la desconfianza crecerá entre los ganaderos, los cultivadores y los habitantes de los bosques..., y un acto de violencia salvaje provocará una guerra abierta.
Opinión personal:
Hablar de Ken Follett es casi como hablar de una institución
literaria, más de uno podría pensar que nació ya con un bestseller bajo
el brazo. Con esta nueva novela nos embarca en un emocionante viaje hasta el
Neolítico, como si construir catedrales o narrar guerras mundiales ya no fuera
suficiente, ahora se ha propuesto levantar Stonehenge desde cero. Un salto
arriesgado que, sorprendentemente, lleva a cabo con la misma soltura con la que
otros se preparan un café.
La historia comienza en el 2500 antes de nuestra era con Seft,
un joven con un don extraordinario para encontrar las mejores vetas de sílex.
En pleno verano, cruza la Gran Llanura para participar en los rituales
estacionales, hacer trueques con sus piedras y encontrar a la joven de la que
se ha enamorado. Joia, futura sacerdotisa, tiene un ambicioso sueño para unir a
todas las comunidades. Su principal aliado será Seft, quien se entrega en
cuerpo y alma a este proyecto aparentemente imposible. Ese sueño empieza a
fracturarse justo cuando la tierra se agrieta y los recursos escasean por una
devastadora sequía. Las tensiones entre clanes crecen, las alianzas se
tambalean y un hecho violento, de esos que nadie ve venir, pero lo cambia todo,
obligará a los protagonistas a tomar decisiones que marcarán no solo su propio
futuro, sino el de toda la comunidad.
Aunque he leído la famosa saga familiar de Los hijos de la
Tierra, de Jean M. Auel, no sabía qué esperar de una novela ambientada en
el Neolítico escrita por este autor con un manifiesto interés por las grandes
obras arquitectónicas que han marcado a la humanidad. Stonehenge es uno de los
monumentos más emblemáticos del mundo, pero dada su antigüedad, su construcción
es uno de los mayores misterios de todos los tiempos. ¿Por qué y quién lo
construyó? Follett ficciona sobre este hecho en su nuevo libro.
Confieso que me costó horrores entrar en la historia debido
al vasto friso de personajes secundarios que pululan por sus páginas, lo que
hace difícil profundizar en cada uno de ellos, pero una vez avanzada la lectura
me descubrí caminando a su lado, sintiendo la dureza de la tierra, en medio de
sequías, rivalidades y frágiles alianzas.
La novela está ambientada correctamente y se lee con interés,
pero deja cierta sensación de déjà vu. El autor reproduce sus patrones
habituales, cambia el lugar sagrado y nombres, pero repite esquemas que
arrastra desde Los pilares de la Tierra. Y los personajes reproducen las
mismas virtudes inflexibles y maldades sin matices que pueblan sus libros desde
hace décadas. Me ha faltado profundidad en ellos, los diálogos se sienten poco
naturales y algunos pasajes son repetitivos.
En definitiva, una historia para ser leída con calma, como
quien contempla una gran piedra antigua y siente que todavía late algo dentro.


Yo reconozco que no es un autor que me termine de enganchar y estoy viendo además que este libro no está convenciendo, así que en esta ocasión lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Acabo de leer otra reseña y la tuya me corrobora que me estrene con otra novela suya. El clásico lo tengo en mente desde hace tiempo, así que seguiré con esta idea de leer Los pilares de la tierra. Un beso.
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