 FICHA DEL LIBRO | |
Editorial: | |
Año de edición: | 2025 |
Páginas: | 336 |
P.V.P. | 21,95 euros |
Traductor: | Iris Mogollón |
Dos niñas desaparecidas y una mujer enterrada viva
unidas por décadas de secretos
En el verano de 1980, tres niñas entraron en un bosque de
Minnesota, pero solo una regresó, muda y sin recuerdos. Cuatro décadas después,
la detective Evangeline Reed y el científico forense Harry Steinbeck encuentran
el cuerpo de una mujer a la que enterraron viva. En sus manos tiene un collar
que pertenecía a una de las niñas desaparecidas en el bosque cuarenta años
antes.
Mientras Evangeline y Harry conectan los crímenes del pasado
y del presente, ella lucha con los recuerdos de su dura infancia así como con
el miedo a descubrir la verdad, pues el silencio del bosque esconde secretos
que amenazan con llevarla a un lugar del que, tal vez, no pueda regresar.
Opinión personal:
Que no me puedo resistir a la primera entrega de una serie es
un hecho. Si me gusta, la continuaré leyendo. Si no, la dejaré pasar. Lo que me
atrajo de este libro fue el hecho de que pusiera el foco en la desaparición de
unas niñas, un tema que despierta en mí una curiosidad especial. Además, mi
primer contacto con la autora con Las chicas de la cantera me dejó un
buen sabor de boca.
Minnesota, 1980. Dos niñas de ocho años y la hermana menor de
una de ellas se adentraron en el bosque una calurosa mañana de julio. Su
destino era una poza en la que pretendían darse un baño. Nunca llegaron y solo
una de ellas regresó, demasiado traumatizada para recordar lo sucedido. Las
otras dos niñas nunca fueron encontradas. Cuatro décadas después el caso vuelve
a la actualidad cuando, en un solar sin edificar, aparece el cuerpo de una
mujer enterrada viva que llevaba consigo el colgante de una de esas niñas
desaparecidas. Y entonces, el pasado, que parecía dormido, empieza a hablar…
Con esta novela se inicia la serie protagonizada por la
investigadora de casos sin resolver Evangeline "Van" Reed y el
forense Harry Steinbeck. Es la voz intimista de Van la que conduce la
narración. No es una heroína convencional, lleva en la piel los tatuajes
invisibles de una infancia marcada por un entorno comunal aterrador. Posee una
intuición afilada que roza la clarividencia y esa sensibilidad influye en sus
decisiones personales y profesionales. A su lado, Harry Steinbeck es el
contrapunto perfecto. Ambos esconden secretos y su relación no está teñida de
los tópicos románticos, es una complicidad construida a fuego lento, nacida de
la comprensión mutua del dolor y la necesidad de encontrar sentido entre los
escombros.
Su narrativa es de ritmo contenido. Se detiene a oler el
musgo del trauma, a rozar las cortezas del miedo, a escuchar lo que no se dice
en los pasillos de una casa comunal o en el crujido de unas hojas secas. Y
cuando parece que todo está dicho, abre un nuevo sendero en la maleza con un
giro argumental inesperado.
Es un thriller, sí. Tiene tensión, tiene misterios que se van
desvelando con precisión de cirujano, un sinfín de subtramas que se van
entrelazando. El final, aunque satisfactorio, no me ha parecido del todo redondo.
Me hubiera gustado que la subtrama del pasado se explorara con más profundidad,
porque deja más preguntas que respuestas. Sin revelar demasiado, da la
impresión de que la autora pretende que aceptemos que el trauma, el miedo o la
manipulación emocional pueden ser tan poderosos como unas cadenas físicas. No
es algo que arruine la experiencia lectora, ni mucho menos. Pero sí deja una
sensación de incredulidad que empaña, aunque sea ligeramente, la verosimilitud
de la historia. Una historia que, por lo demás, no deja de ser inquietante,
absorbente y muy bien escrita.
En definitiva, una novela de suspense psicológico que te
recomiendo si buscas una lectura adictiva que combine tensión y personajes con
heridas sin cicatrizar.
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Hola Marina, no has comentado si vas a seguir con la serie o no, :) Yo, la verdad, es que leyéndote y con ese final semi satisfactorio no me lanzo. Un besazo
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