Editorial: | |
Año de edición: | 2025 |
Páginas: | 415 |
P.V.P. | 12,90 euros |
Sinopsis:
El cuerpo de Daniela aparece sin vida en un hotel a las afueras de San Sebastián. Esperaba a su amante en la habitación cuando la sorprendió una muerte brutal y violenta: esposada con los ojos vendados para simular un inocente juego sexual, y apuñalada.
La inspectora Adriana Collante acude a la escena del crimen para hacerse cargo de la investigación. Pero también lo hace un periodista que ha recibido un correo del asesino con la hora y la fecha del lugar del homicidio. Así se anuncia la muerte de la mujer, la primera víctima que ha caído en las garras de este sociópata. Lo que a simple vista parecía un crimen pasional, una venganza, se convierte enseguida en el primero de una macabra serie de homicidios narrados y publicados en una página web minutos antes de que ocurran. Arranca entonces una carrera trepidante y contrarreloj por atrapar al asesino antes de que obtenga el éxito y la fama que persigue con cada muerte anunciada.
Fuente: web de la editorial
Opinión personal:
¿Habéis sentido alguna vez esa ansiedad que te oprime el
pecho cuando estás a punto de acabar un libro y no quieres que eso suceda? Eso precisamente
me pasó mientras leía vorazmente los capítulos finales de esta novela, intentando
arañarle tiempo al tiempo mientras las páginas volaban sin ningún esfuerzo. Hoy
os traigo mis impresiones sobre un thriller absorbente que se postula como una
de mis mejores lecturas del año, con cinco estrellas como cinco soles.
Un enigmático email con un archivo adjunto es enviado a más
de cuarenta periodistas. Iban Echeverría es el único que lo abrió picado por la
curiosidad. Solo él podría haber evitado un asesinato y salvado la vida de una
mujer, pero no llegó a tiempo. En una habitación de hotel de San Sebastián aparece
el cadáver apuñalado de una mujer en lo que a simple vista parece un crimen
pasional. Sin embargo, muy pronto descubrimos que el caso está lejos de ser simple
ni aislado. La primera en llegar a la escena del crimen es Adriana Collante, subinspectora
de Homicidios de la Ertzaintza, a quien se le presenta una investigación tan
perturbadora como escalofriante donde el mal no solo actúa, sino que se
comunica, se exhibe y, lo más inquietante, parece buscar aprobación y audiencia.
El ritmo narrativo es endiablado y fluye sin descanso gracias
a los numerosos y breves capítulos, en los que se alternan la investigación
policial con las entradas de un blog literario. Esta combinación nos engancha,
convirtiéndonos en testigos involuntarios, atrapados entre la necesidad de descubrir
la verdad y la repulsión ante el horror, haciendo de la lectura una experiencia
literaria inmersiva. Y no es algo casual, el autor pretende hacernos
reflexionar sobre el papel de internet como catalizador de la perversión y esa
pulsión morbosa que nos lleva a devorar true crime, series televisivas
de asesinos en serie y podcasts de crónica negra incluso mientras cenamos.
Aquí se prioriza la acción, lo que deja poco espacio para profundizar
en el elenco de personajes secundarios. Aunque esto no impide engancharnos a una
historia cuya tensión salpica
fuera de sus páginas, pudiendo cortarse a hachazos, trufada de giros
inesperados (uno en concreto me dejó la mandíbula a la altura del tobillo) que
lo vuelven a poner todo patas arriba y nos arrastra hacia una espiral de
acción, angustia y suspense perfectamente dosificados.
Sintetizando: No mientas es un thriller policíaco de
lectura adictiva. Un chute de adrenalina literaria que estará entre mis mejores
lecturas del año y, sin duda, merecería ser adaptado como serie en alguna plataforma
televisiva. Por eso, si aún no
lo has leído…hazte ese favor.
Veo que últimamente muchos autores escriben sus narraciones pensando en la posible explotación televisiva de sus historias. Recuerdo que Antonio Orejudo en una tertulia literaria que tuvimos sobre uno de sus libros nos preguntó si creíamos que la historia leída podría llamar la atención de alguna productora de televisión para una serie o para una película larga. Sí, es así, la literatura tiene esta legítima parte de interés crematístico. No me parece mal, pero veo que a veces demasiada acción como la que señalas en la novela de Arturo del Burgo va en detrimento de profundizar en los personajes y eso en literatura no es bueno para nada.
ResponderEliminarTomo nota de este thriller tan adictivo, Marina. A propósito hacía tiempo que no pasaba por aquí. Algo debe de haber pasado a mi lista de blogs que sigo porque el tuyo no me aparece regularmente en mi blog.
Un beso
De momento, lo voy a dejar. No lo descarto más adelante. Un beso.
ResponderEliminarPues tomo nota, que tiene muy buena pinta por lo que cuentas. De esas lecturas que te duran un suspiro.
ResponderEliminarBesotes!!!
¿Quién no se hace con el libro por ese precio? Ya he adquirido con anterioridad otros libros de esta editorial y merecen mucho la pena. Un beso
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