Pío Baroja - La feria de los discretos

FICHA DEL LIBRO
Autor:	Pío Baroja
Título:	La feria de los discretos
Editorial:	Alianza
Año de edición:	1905 (2006)
Género:	Narrativa
ISBN:	9788420660622
Páginas:	352

Sinopsis:

Situada en la ciudad de Córdoba en vísperas de la Revolución de 1868, este libro tiene como protagonista a Quintín García Roelas, arquetipo de ese «hombre de acción» cuyas ideas y creencias colorean tan vivamente el mundo de Pío Baroja (1872-1956). El descubrimiento de la miseria y mezquindad de las gentes y la ridiculización de los sentimientos nobles y los propósitos honestos destruyen los ideales del joven cordobés, quien cae en un profundo pesimismo acerca del mundo y de la condición humana. Y si bien Quintín termina por abrirse paso en la vida gracias a su dureza y cinismo, nunca le abandona la vaga conciencia de la superioridad moral de los comportamientos guiados por motivaciones y valores distintos de los que hacen suyos los triunfadores.

Opinión personal:

La feria de los discretos fue el libro elegido por el club de lecturas de mi barrio para el mes de marzo. Comencé la lectura de este clásico de la literatura española con cierto entusiasmo al comprobar, tras leer su sinopsis, que estaba ambientado en la Córdoba de 1868, en los albores de la Revolución. No dudé en que me iba a encantar, pero lo cierto es que mis expectativas no se han cumplido del todo.

La feria de los discretos tiene como protagonista principal a Quintín García Roelas, un joven de 22 años que va camino de Córdoba, la ciudad que lo vio nacer y de la que lleva alejado algo más de ocho años. Quintín vuelve de Inglaterra, donde ha estado estudiando en un colegio privado, cerca de Windsor. Es hijo del propietario de un almacén de ultramarinos y su familia ha prosperado económicamente desde que él se fue al internado inglés. Nada más comenzar a leer la novela percibimos el humor irónico de su protagonista, del que hará gala a lo largo de toda la historia. De pequeño ya apuntaba maneras porque era un niño problemático, un negado para los estudios que no dudaba en robar a sus padres o en escaparse de casa cada vez que se le cruzaban los cables. A los pocos días de llegar a Córdoba, y gracias a una de tantas singulares amistades que hace, Quintín va a descubrir la identidad de quien corrió con los gastos de su educación y los motivos.

La feria de los discretos es una novela costumbrista, donde son los propios personajes quienes se convierten en cronistas que plasmarán, con precisión, un fiel retrato de la sociedad de la época. Estos personajes, que son muy numerosos y variopintos, están perfectamente perfilados y el autor los ha sabido dotar de humanidad. De entre todos destaca su protagonista principal quien, a pesar de tener una excelente educación, quiere ser un vividor y no dar palo al agua. Quintín es un personaje chulesco y pícaro, un holgazán con reputación de tenorio y calavera. No dudará en relacionarse con lo más granado de una sociedad decadente, tales como bandidos, usureros, gitanos, bodegueros, coristas, etc. si prevé que obtendrá algún beneficio de ellos y siempre se las ingenia para salir indemne de todos los líos en que se mete.

Novela lineal cronológicamente, que se divide en 34 capítulos, cada uno de ellos con un título, y está narrada en tercera persona por un narrador omnisciente. El autor ha logrado realizar una reconstrucción muy fidedigna de la Córdoba de finales del siglo XIX.  Pío Baroja fue un escritor muy crítico, que nunca se vendió al poder, de ahí que no le temblase la pluma a la hora de plasmar la doble moral de la burguesía de su época. La prosa utilizada es muy culta, cuidada y amena. Como ya he comentado antes, toda la novela se desarrolla en Córdoba. Para mí, lo mejor es la ambientación que ha llevado a cabo, dibujando los rincones mas típicos de la ciudad, aunque reconozco que el autor se ha excedido mucho a la hora de describirlos. Tanto que en ocasiones me llegaba a aburrir. Conozco buena parte de las localizaciones por las que Quintín ha ido moviéndose, pero puedo entender que a quien no sea de Córdoba, tanta concreción geográfica le pueda parecer algo pesado. Desde hace un tiempo, hay cada vez más adictos al turismo literario, que aprovechan sus viajes para visitar los lugares que se mencionan en los libros y en La feria de los discretos van a encontrar una excelente guía viajera de la ciudad de Córdoba.

Ahora vamos con la parte negativa que le ha restado puntos y ha sido la causa de mi desencanto. El final del libro me ha parecido demasiado apresurado. El autor ha querido condensarlo todo en la ultima parte, quizás porque se estaba alargando en demasía. Hay demasiados personajes secundarios  y en ocasiones me perdía con tanto nombre. La novela posee demasiadas descripciones, y hubo momentos que me parecía estar leyendo una guía de viajes de mi ciudad. Esta gran cantidad de descripciones tan precisas han ahogado la ficción, que apuntaba maneras en lo que parecía ser un libro de aventuras, con secuestro incluido.

En resumen, La feria de los discretos es una novela de lectura sencilla, entretenida, narrada con una prosa exquisita y que, si te gusta el turismo literario, es una excelente guía viajera de la Córdoba de finales del siglo XIX.

Y como siempre digo: esta es la opinión de una simple lectora, no de una crítica literaria.

Su autor:

Pío Baroja (1872-1956). Novelista español, considerado por la crítica el más importante del siglo XX. Su primera novela fue Vidas sombrías (1900), a la que siguió el mismo año La casa de Aizgorri. Esta novela forma parte de la primera de las trilogías de Baroja, Tierra vasca, que también incluye El mayorazgo de Labraz (1903), una de sus novelas más admiradas, y Zalacaín el aventurero (1909). Con Aventuras y mixtificaciones de Silvestre Paradox(1901), inició la trilogía La vida fantástica, expresión de su individualismo anarquista y su filosofía pesimista, integrada además por Camino de perfección (1902) y Paradox Rey (1906). La obra por la que se hizo más conocido fuera de España es la trilogía La lucha por la vida, una conmovedora descripción de los bajos fondos de Madrid, que forman La busca (1904), La mala hierba (1904) y Aurora roja (1905). Realizó viajes por España, Italia, Francia, Inglaterra, los Países Bajos y Suiza, y en 1911 publicó El árbol de la ciencia. Entre 1913 y 1935 aparecieron los 22 volúmenes de una novela histórica, Memorias de un hombre de acción, basada en el conspirador Eugenio de Avinareta, uno de los antepasados del autor que vivió en el País Vasco en la época de las Guerras carlistas. Ingresó en la Real Academia Española en 1935, y pasó la Guerra Civil española en Francia, de donde regresó en 1940. A su regreso, se instaló en Madrid, donde llevó una vida alejada de cualquier actividad pública, hasta su muerte.