Opinión personal:
Que dÉpoca es una empresa que cuida y mima al máximo sus publicaciones no es una
novedad. Esta editorial se dedica a publicar verdaderas joyas tanto en su
edición como con la selección de clásicos universales de la literatura. Esta
nueva publicación sorprende a los lectores con una edición exquisita, como
viene siendo habitual, que inicia una nueva colección llamada dÉpoca Noir, especialmente
dirigida a los amantes de la novela negra y gótica, por eso no me pude resistir
a leerla. Este libro se presenta con tapas blandas con solapas y unas
ilustraciones en blanco y negro espectaculares en su interior. Leer esta
novela ha sido como viajar en el tiempo hasta el París de finales del siglo
XIX. Hoy os traigo mis impresiones sobre El crimen del ómnibus, la obra que fue
pionera en la creación de un "misterio en habitación cerrada…pero en
movimiento".
Al filo de la medianoche, en la esquina del bulevar de Saint-Germain, una dama impecablemente vestida accede, jadeante, al interior de un ómnibus. Por
desgracia se encuentra completo de pasajeros, pero un caballero sentado al
fondo le cede su asiento para evitar que la mujer se quede en tierra. El afamado
pintor Paul Freneuse, otro de los pasajeros del vehículo, no deja de observar a
una joven que se encuentra sentada frente a él, y que parece dormitar. En el
momento en que dicho vehículo llega a su parada final, Freneuse se da cuenta de
que algo anormal ocurre porque la joven está pálida como el alabastro y no
respira. Ha muerto durante el trayecto, probablemente víctima de un infarto
porque el cadáver no presenta ninguna herida aparente y falleció sin gritar o
hacer el menor movimiento. Pero algo en esta historia no le cuadra a Freneuse,
menos aun cuando encuentra cierto objeto que lo induce a pensar que la mujer ha
sido asesinada. ¿Se ha convertido Paul Freneuse en testigo de un crimen hábilmente
planeado y magistralmente ejecutado? A pesar de contar con pruebas que podrían
demostrar que estamos ante un asesinato, nuestro protagonista evita llevarlos a
la policía para que puedan abrir una investigación, pero decide compartir sus sospechas
con su amigo Binos. Movido por el misterio que envuelve el caso, su amigo Binos
decide llevar a cabo una serie de pesquisas por su cuenta y riesgo para averiguar los
motivos del asesino, así como la identidad de la víctima.
El crimen del
ómnibus es todo un clásico que se encuentra a medio camino entre la novela de
misterio y la romántica. Narrado en tercera persona con una prosa sencilla y muy cuidada, presenta anotaciones a pie de página para una mejor comprensión. Con un estilo depurado
y sobrio, las descripciones son las precisas, sin abusar ni redundar en
exceso en ellas, lo justo para describirnos los distintos escenarios y conseguir trasladarnos al París pintoresco de
la Belle Époque, en la búsqueda de un asesino particularmente audaz. Con una
linealidad cronológica, una trama interesante y apenas trasfondo histórico, sus poco más de
312 páginas están divididas en 12 capítulos y la narración se vuelve más ágil y
fresca gracias a los diálogos que su autor incluye, lo cual ayuda a que fluya
la trama y por ende la investigación. A pesar de estar perfectamente planificada, su
final es demasiado predecible.
Su autor, que fue
el pionero de la novela policial, ha sido capaz de tejer un variopinto elenco
de personajes secundarios muy dispares que serán indispensables en el
desarrollo de la trama y son los que dan color a la historia. Fortuné du
Boisgobey ha sabido plasmar en su
novela, de una manera muy sutil, una crítica a las distintas clases sociales de
la época representadas en el elenco de personajes secundarios, que están
descritos escuetamente y que se circunscriben a los arquetipos de este género
literario, reflejando la realidad social de la época. Tenemos a la burguesía
en contraposición con la gente humilde del pueblo. En sus novelas hay criminales,
policías, detectives, jovencitas hermosas y desamparadas, empresarios egoístas, todos los cuales nos van a mostrar la vida de París de finales
del siglo XIX. Una ciudad que deslumbraba como escenario donde se concentraban
la mayor parte de los artistas de talento y se encontraba sometida a un sinfín de
cambios urbanísticos, preparándose para albergar una exposición universal y en la que el movimiento impresionista
comenzaba a despuntar artísticamente. París fue la ciudad de la igualdad por excelencia, pero donde las distinciones sociales no caducaban ni en la tumba porque hasta
sus cementerios eran clasistas.
En resumen, El
crimen del ómnibus es una novela clásica de misterio que se lee con avidez y contiene
pinceladas de romanticismo. De lectura obligada porque fue pionera en la
creación de una nueva categoría dentro del género literario del misterio. La
edición es toda una joya literaria, muy típico de esta editorial, que se
caracteriza por cuidar al detalle sus publicaciones.
Y como siempre digo: esta es la opinión de una simple amante de la lectura, no de una crítica literaria.