Editorial: | |
Año de edición: | 2024 |
Páginas: | 424 |
P.V.P. | 22,90 euros |
Traductor: | Nuria Molines |
Opinión personal:
Llevaba tiempo queriendo leer algo de esta autora que ha sabido ganarse un lugar destacado en la narrativa actual, y cuando vi el título de esta novela la curiosidad se impuso. He de confesar que mi primera incursión en su obra me ha dejado un buen sabor de boca.
Desde las primeras páginas, demuestra una notable capacidad
para captar la atención del lector con esta biografía ficticia de un médico del
siglo XIX, Silas Aloysius Weir. La historia sigue la trayectoria de un hombre convencido
de estar al servicio del progreso científico, pero cuya carrera se construye
sobre el sufrimiento de mujeres sometidas a crueles experimentos disfrazados de
tratamientos…
La narración avanza con la precisión de un bisturí, sin
concesiones, y se construye desde múltiples voces entre las que se encuentra la
del propio protagonista a través de sus diarios como director del Manicomio
Estatal de Lunáticas de Trenton en la década de 1880. Incorpora, entre otros,
también el testimonio de su hijo mayor, y el de Brigit, una joven albina sordomuda,
convertida en sujeto de los experimentos médicos.
La trama despliega un retrato inquietante de la medicina de
la época, cuando diagnósticos como la histeria servían de coartada para
encerrar y someter a las mujeres. El personaje que emerge es el de un hombre
mediocre y ambicioso, misógino y clasista, convencido de su propia grandeza,
pero carente de talento, inteligencia y empatía. Weir se presenta como el
“Padre de la Neurología y la Ginopsiquiatría”, cuando en realidad sus experimentos
grotescos con mujeres marginadas revelan más barbarie que ciencia.
Hay capítulos que son auténticas bofetadas, con escenas que
una quisiera apartar de la imaginación y, sin embargo, obligan a seguir leyendo
sobre los horribles experimentos médicos de aquella época. Las páginas destilan
sangre, pus, y dolor, mucho dolor, mientras van desvelando la verdadera
naturaleza de Weir: la de un carnicero disfrazado de científico.
En definitiva, una novela basada en hechos reales que se
adentra en el lado más oscuro de la medicina del XIX y expone cómo el progreso
científico se utilizó como coartada para someter cuerpos, sobre todo femeninos.
Una lectura que me ha dejado buen sabor de boca y me anima a seguir explorando
lo que esta autora tiene guardado en la recámara.
Que maravilla. Anotado
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