Editorial: | Planeta |
Año de edición: | 2023 |
Páginas: | 528 |
P.V.P. | 21,90 euros |
Traductor: | Héctor Piquer |
Sinopsis:
Viena, 1894. En un sarcófago del Museo de Historia de la ciudad aparece, momificado, el cuerpo del profesor Alfons Strössner, uno de los mayores egiptólogos del mundo. Leopold von Harzfeldt será el encargado de la investigación y pronto descubrirá que, de los cuatro miembros de su última expedición a la Tierra Negra, tres han fallecido en extrañas circunstancias, por lo que la sombra de una maldición se cierne sobre lo sucedido. Pero ni Leopold ni el sepulturero Augustin Rothmayer creen en las maldiciones y están convencidos de que se trata de un asesinato.
Con la ayuda de Julia, encargada de hacer las fotografías en otro caso importante del departamento de policía y con quien Leopold mantiene una relación secreta, los tres volverán a verse envueltos en un caso que oculta mucho más de lo que parecía a primera vista.
Fuente: web de la editorial
Opinión personal:
Hace apenas un año llegó a mis manos El libro del sepulturero, la primera entrega de una serie policíaca ambientada en la
Viena de finales del siglo XIX, cuyos personajes me conquistaron. Por este
motivo no me he podido resistir a leer esta segunda novela, un noir
histórico que destaca por la tangible ambientación de la época y sus inolvidables
personajes.
Viena, 1894. El inspector Leopold von Herzfeldt debe hacerse
cargo de la investigación de un caso extraño: el cadáver de una eminencia
mundial de la arqueología egipcia ha aparecido en el Museo de Historia del
Arte. Estaba momificado y dentro de un antiguo sarcófago. El fallecido, dos
años antes, había dirigido la expedición en Egipto de uno de los mayores
hallazgos arqueológicos de las últimas décadas, el yacimiento de Deir
el-Bahari. Además, la ciudad se verá sacudida por una serie de brutales
asesinatos con un mismo patrón de víctimas y, por si esto no fuera suficiente,
el aparente accidente de un trabajador del zoológico planteará numerosas
incógnitas…
De este modo tan enigmático comienza una historia que articula
su argumento en veinticinco capítulos además de un epílogo. La mayoría de ellos
comienzan con extractos del nuevo almanaque que Augustin Rothmayer está
escribiendo para los de su gremio, mostrando cómo otras culturas tratan a sus
difuntos. Esta parte es muy original y me ha encantado, le da un toque morboso
al revelar datos curiosos que sorprenderá a más de un lector.
Uno de los aspectos más destacados de esta novela son sus
personajes. El autor crea un variopinto plantel de individuos interesantes y
complejos que darán vida y color a la historia. Nos encontraremos de nuevo a
sus tres protagonistas que tanto juego dieron en la anterior entrega. La
idiosincrasia y peculiaridad de Augustin lo convierte en mi favorito, aunque es
una pena que sea la estrella anónima de la novela al permanecer en un segundo
plano, y eso que los títulos de ambos libros de la serie lo mencionan. Es un
virtuoso de la muerte, experto en estados de descomposición de cadáveres que
trabaja y vive en el Cementerio Central de Viena. Un tipo solitario con una
inteligencia portentosa oculta tras unos niveles de extravagancia difícilmente
superables.
El estilo de Potzsch es fluido y utiliza un lenguaje evocador
que se adapta a la época en la que se desarrolla la trama, pero sin caer en la
rigidez. Además, sabe cómo mantener el suspense y la intriga con giros
sorprendentes que irán saliendo a la luz en el momento adecuado, con la trama fluyendo
de manera constante y manteniendo al lector en vilo a medida que se van
desentrañando los secretos que hay tras todos estos crímenes.
El otro aspecto reseñable de El sepulturero y la Tierra Negra
es la ambientación. Su autor dibuja con precisión un colorido fresco del
contexto social en el que incluye tanto la perspectiva de los privilegiados de
la alta sociedad, como la de los marginados. La búsqueda del asesino conduce al
lector a través de distintos lugares emblemáticos e incluso lo hará descender
hasta las cloacas, que dan cobijo a peinacanales y pescagrasas. La
descripción de los distintos escenarios donde se desarrollan los hechos es tangible
y rica en detalles, fruto de una ardua labor de documentación, lo cual permite sumergirse
en un entorno auténtico. El traqueteo de los tranvías de caballos, la algarabía
de los vendedores ambulantes, o la melancólica melodía de un organillo se hacen
palpables. Así mismo, es constante el bullicio de las calles y tabernas de una ciudad
magnífica y despiadada a la vez, palpitante y mortal, con una vibrante vida
nocturna, donde la violencia y la miseria hierven a fuego lento.
Sintetizando: El sepulturero y la Tierra Negra es la
segunda entrega de una serie que perfectamente se puede leer de manera independiente,
aunque no lo recomiendo porque os perderéis matices de las relaciones entre sus
personajes. Un noir histórico correctamente planteado que me ha
proporcionado horas de agradable lectura. Un título que nos revela la imagen
costumbrista de una ciudad que se halla en el umbral de la modernidad y que
trata, entre otros temas, el antisemitismo latente de su sociedad, la
misoginia, la discriminación racial y el escepticismo ante los nuevos métodos
de investigación.
Estos libros me pican bastante jejeje a ver si les hago hueco :-)
ResponderEliminarUn beso.
Hola Marina, pues me pica un poco por la temática egiptológica, pero tengo tantos pendientes que no sé yo si lo voy a poder leer.
ResponderEliminarUn besazo
Me gusta el noir histórico, me gustan Egipto y la ciudad de Viena. ¿Qué más se puede pedir? Este libro me lo llevo más que apuntado, gracias Marina
ResponderEliminarYa tenía apuntado el primero y voy a tener que apuntar también éste. A ver si logro hacerles hueco, aunque con tanto pendiente...
ResponderEliminarBesotes!!!
La trama no me atrae esta vez, lo dejo pasar ^^
ResponderEliminarNo tiene mala pinta pero por ahora no creo que los lea. Ya veremos mas adelante.
ResponderEliminarSaludos
La primera novela me la compré por culpa de la reseña que hiciste pero no me arrepiento de haberlo hecho porque me encantó. Esta nueva la leeré aunque no se cuándo porque tengo tantísimo pendiente que tendría que dejar el trabajo y quedarme sin comer. Un beso
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