Editorial: | |
Año de edición: | 2025 |
Páginas: | 544 |
P.V.P. | 24,90 euros |
Sinopsis:
Madrid, 1937. En el preciso instante en que una bomba cae sobre un edificio del centro de la ciudad, cerca de la Gran Vía, las vidas de dos jóvenes vecinas cambian para siempre.
Elvira, cuyos padres regentan la casa de huéspedes ubicada en la tercera planta, se encuentra exiliada de la Guerra Civil en Francia en el momento de la explosión. Sin embargo, la desaparición del hogar al que tanto anhela regresar supondrá un punto y aparte en su destino.
Ángela, la hija de los porteros de la finca, sí está presente
cuando el lugar donde ambas han crecido salta por los aires. Es entonces cuando
toma una decisión de consecuencias imprevisibles: coge en brazos al bebé de
unos huéspedes que acaban de fallecer bajo los escombros y huye adoptando una
falsa identidad.
Nada hace pensar a Elvira y a Ángela que sus caminos volverán
a cruzarse, ni que otra casa de huéspedes será el lugar de encuentro para una
nueva generación de mujeres que, igual que ellas, deberán aprender a convertir
el dolor en fuerza y a sobrevivir con la frágil esperanza de un futuro mejor.
Fuente: web de la editorial
Opinión
personal:
Mi primer acercamiento a la obra de Ana Lena Rivera fue con Las
herederas de la Singer, la novela elegida en mi club de lectura y que nos
entusiasmó a todas por igual. Coincidimos en que era una auténtica maravilla,
algo que mis compañeras tuvieron ocasión de transmitirle personalmente a la
autora en un encuentro celebrado a finales de junio, al que no pude acudir por
motivos personales. Por eso, cuando me enteré de que publicaba un nuevo libro,
no lo pensé dos veces. Un libro que os puedo asegurar se ha ganado un lugar
privilegiado entre mis mejores lecturas del año y prevalecerá en mi memoria
durante mucho tiempo por lo que me ha hecho sentir.
El prólogo se me hizo especialmente duro. Mientras leía,
sentía que me costaba respirar, como si cada línea me arrebatara el aire y no
pude evitar soltar algunas lágrimas, porque lo narrado me devolvía con fuerza a
la pérdida reciente de un ser querido, a un vacío que aún no ha empezado a
cicatrizar. Esa intensidad inicial marca el tono de una novela que no rehúye el
dolor, pero que también abre espacio a la esperanza.
Una bomba que cae en pleno corazón de la capital durante la
Guerra Civil, destruyendo el edificio donde se encontraba la pensión Casa
Flora, será el detonante que altera para siempre la vida de dos jóvenes
vecinas, Elvira y Ángela. A partir de ese instante, el relato se despliega en
un vaivén temporal que recorre varias décadas y pone el foco en aquellas
mujeres que, sin proponérselo, tuvieron que ser fuertes y reinventarse. Madres
que callaron para proteger, hijas que heredaron miedos y secretos…
Con una trama rigurosamente documentada, un pulso narrativo
sostenido, una prosa clara y envolvente, y la emoción correctamente dosificada,
la autora teje un relato íntimo y emotivo sobre la resistencia femenina en
tiempos convulsos, lleno de referencias históricas y curiosidades de la España
del siglo XX que apelan a la memoria colectiva. Consigue que cada capítulo se
sienta como una pieza de un mosaico mayor, incluso cuando intuimos el engranaje
de la trama. Lo que atrapa no es tanto la revelación final, sino el camino para
llegar a un desenlace tremendamente emotivo. Cómo se transmiten las heridas,
cómo se sobrevive a la pérdida, cómo se reconstruye la vida sobre un pasado
roto.
Ana Lena construye una novela coral que se extiende durante
décadas, donde los personajes femeninos encarnan distintas formas de maternidad
y de amistad. Todos se visten de realidad, son figuras reconocibles, cercanas,
tan humanas como vulnerables y encarnan la complejidad de quienes se ven
forzadas a tomar decisiones extremas en circunstancias límite. Guardar un
secreto, cambiar una identidad, proteger una vida… son dilemas que construyen
un retrato de resiliencia. Aunque brevemente, me ha gustado reencontrarme con
Aurora Cangas, uno de los personajes de Las herederas de la Singer.
En definitiva, una novela escrita desde la perspectiva de las
mujeres, una reivindicación de su papel en la historia y un homenaje a su
resiliencia. Con ella, Ana Lena Rivera confirma su lugar en la narrativa
contemporánea como una escritora que sabe contar con emoción, rigor y cercanía.
Para el lector que busque una saga familiar cargada de humanidad, esta novela
será un refugio, una casa de huéspedes en la que alojarse durante unos días.
Anotada para leer
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