Editorial: | |
Año de edición: | 2025 |
Páginas: | 480 |
P.V.P. | 21,95 euros |
Sinopsis:
La Hacienda de la Cumbre está marcada por la tragedia. Años atrás, su propietario, el vizconde de Altaslomas, perdió a su mujer en un incendio que también arrebató la vista a su hija. Ahora, una noche de diciembre de 1870, un grito desgarrador procedente de la casa vuelve a acabar con la paz en Aldea del Risco.
La hermana del terrateniente ha encontrado a su sobrina de
dieciocho años asesinada. Todo ha pasado muy rápido. Apenas la ha dejado sola
cinco minutos para ir a rellenar de aceite el quinqué y, cuando ha vuelto, la
ha encontrado en un charco de sangre, reclinada sobre la mesa, con un corte
limpio en el cuello.
Todos callan y todos mienten. Pero algo parece estar claro,
el padre de la víctima tenía una relación muy extraña con su hija y no colabora
con la investigación. Los indicios apuntan hacia el entorno familiar. Sin
embargo, la tía de la víctima, la única testigo de los hechos, recuerda que vio
a dos hombres embozados saliendo del patio. ¿Conseguirá descubrir la Guardia
Civil la verdad?
Fuente: web de la editorial
Opinión personal:
Hace tiempo que tenía ganas de leer algo de Inma Chacón. Tras
ver las excelentes críticas que cosechaban sus libros, la curiosidad se
convirtió en necesidad, y cuando supe que publicaba un nuevo título, no pude
resistirme. Hoy os hablo sobre una
novela inspirada en una historia real ocurrida en Trujillo y que, más allá del
crimen que la desencadena, propone una profunda reflexión sobre el poder y las
heridas que se enquistan generación tras generación.
La historia arranca la gélida noche del 30 de diciembre de
1870 con el asesinato de Bruna, la hija del vizconde de Altaslomas, cuyo cuerpo
es hallado sin vida en la Hacienda de la Cumbre, un caserón familiar situado en
algún rincón impreciso de España. Este crimen será el punto de partida de una
exploración que va mucho más allá del clásico quién lo hizo. Porque lo verdaderamente
importante aquí es cuál fue el desencadenante, y qué verdades ocultas salen a
la luz tras esa muerte.
Uno de los grandes aciertos de esta novela es la forma en que
se dosifica la información. Cada capítulo aporta una nueva pieza del
rompecabezas, pero también plantea nuevas preguntas y el lector avanza casi a
ciegas, guiado por una creciente necesidad de entender quién era Bruna y qué
papel jugaban los miembros de tres generaciones de esta familia de
terratenientes. Porque en esta historia nadie es completamente inocente ni
enteramente culpable.
A través de flashbacks iremos descubriendo que la muerte de
Bruna no es un hecho aislado, sino que actúa como catalizador para desenterrar
viejas heridas, silencios impuestos y una jerarquía social que parece escrita
en piedra. Humberto, el padre de Bruna, representa el poder enquistado, la
tradición que se niega a ceder terreno. La hacienda, en su aislamiento, se
convierte en un microcosmos donde se reflejan los desequilibrios de poder,
especialmente entre hombres y mujeres, amos y sirvientes.
El estilo de Chacón es preciso, contenido, casi sobrio, pero
nunca frío. Cada frase parece medida con esmero, como si al escribirla la
autora hubiera sido consciente de estar removiendo recuerdos dolorosos,
verdades incómodas, aunque en momentos puntuales se excede con la información
sobre otros temas de menor interés y relacionados con diferentes acontecimientos
históricos relacionados con los avances técnicos de la época y que relegan a un
segundo plano el asesinato.
En definitiva, esta novela ambientada en la España del siglo
XIX, mezcla de saga familiar y noir rural, gustará a un amplio abanico
de lectores.
Oh lo tengo pendiente
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