Editorial: | |
Año de edición: | 2025 |
Páginas: | 408 |
P.V.P. | 24,90 euros |
Traductor: | Carles Andreu |
Opinión personal:
Desde que me sumergí en la saga familiar de Blackwater,
descubrí que no hay libro de este autor al que pueda resistirme. Y si, además,
viene de la mano de esta pequeña editorial que cuida cada uno de sus títulos
con un mimo que los convierte en auténticas joyas literarias, la tentación se
vuelve inevitable. Leerlo es un placer del que no deseo escapar, y la
experiencia se disfruta de principio a fin.
La historia arranca en 1871 cuando Philomela Drax recibe una
carta de su abuelo que teme por su vida y le pide ayuda, advirtiéndole sobre
una familia de estafadores que han ocupado su granja. Cuando llega ya es
demasiado tarde. Ponerse en el punto de mira de los Slape, especialmente en el
de Katie, una joven con dotes clarividentes y la manía de despachar a quien le
estorba con la contundencia de un golpe certero, será su peor desgracia. A
partir de ahí, McDowell pergeña una novela que se mueve con la energía de una
locomotora sin frenos. Los Slape son el tipo de familia que uno evita incluso
en sueños, y Philo, pese a su determinación, pronto descubre que enfrentarse a
ellos es adentrarse en un mundo donde el engaño, la avaricia, la venganza y la
muerte comparten mesa.
Hay personajes literarios que uno no olvidará jamás: Don
Quijote con su lanza al viento, Hamlet con su calavera y su duda, Sherlock
Holmes con su mente infalible y su pipa humeante y, desde ahora, Katie Slape
con su martillo. Sí, un martillo. Porque esta chica no se anda con rodeos.
McDowell la dibuja como la encarnación del mal puro, con una propensión a la
crueldad desde pequeña, del deseo de destrucción sin justificación. Frente a
ella, Philomela, el corazón de la historia, representa la ingenuidad e inocencia
que sobrevive a fuerza de voluntad, esa clase de heroína que aprende a golpear
cuando la vida ya la ha golpeado con demasiadas desgracias.
En cuanto a los personajes secundarios, están perfilados en
su justa medida, con los suficientes matices para que los aborrezcas o quieras
abrazarlos. En el primer grupo están los Slate y Jewell, una pija repelente
convencida de que el mundo gira a su alrededor. Y en el otro extremo se
encuentra Nedda, de la que no voy a contaros nada porque merece que la
descubráis por vosotros mismos cuando leáis el libro.
Bajo una mezcla de folletín, comedia negra y carnicería
literaria que no da respiro, manteniéndonos en vilo hasta la última palabra, late
una sátira feroz que refleja las sombras de una sociedad hipócrita donde la
moral es tan flexible como un junto mecido por el viento. La novela también
destaca por su cadencia marcada, cada capítulo empuja al siguiente con la
inercia de un vagón que no puede detenerse.
En definitiva, una médium con martillo, que aporta un sutil
tono gore, una familia de estafadores y una América de posguerra que parece
disfrutar del espectáculo de su propia decadencia. McDowell nos trae una novela
tan salvaje como divertida, en la que hay una serie de inverosímiles casualidades
que no opacan el conjunto de la historia, donde el humor negro y la crítica
social van de la mano. Muy recomendable por su cuidada edición, que la
convierte en una joya literaria digna de coleccionista, y que gustará a los
entusiastas de la obra de este autor.
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