Editorial: | |
Año de edición: | 2024 |
Páginas: | 416 |
P.V.P. | 18,90 euros |
Traductor: | Josep Escarré |
Opinión personal:
Este es ya el cuarto libro que leo de la autora y, a día de
hoy, ninguno me ha defraudado. Lisa Jewell tiene ese talento para mover los
hilos del suspense con una naturalidad que engancha desde el principio.
Alice encuentra frente a su casa a un hombre sentado en la
playa, empapado por la lluvia y con la mirada perdida en el horizonte que ni
siquiera sabe quién es, ni cómo ha llegado allí. Podría haberlo dejado pasar,
seguir con su vida, pero está decidida a ayudarlo y por eso lo invita a entrar.
Mientras tanto, en las afueras de Londres, una joven recién casada empieza a
preocuparse porque su marido no ha regresado del trabajo. Por si no fuera
suficiente, se cuela una trama del pasado que nos lleva a 1993, cuando dos
adolescentes, Gray y Kirsty, de vacaciones con sus padres en un pintoresco
pueblo costero, conocen a un joven un tanto peculiar. A partir de ahí, Lisa
Jewell teje una narración que avanza como la marea: a veces calmada, a veces
furiosa, pero siempre arrastrando secretos…
La novela mantiene el sello inconfundible de su autora, que
juega con varias voces en tercera persona que se entrecruzan como ecos de un
mismo misterio para mantener el interés e incrementar la tensión, y una trama
en la que se alternan el presente y el pasado para acabar colisionando. La
sensación de estar atrapado en un lugar donde la memoria se convierte en un
terreno pantanoso no nos abandona hasta el final.
Ahora bien, no todo me ha parecido redondo. El ritmo es desigual
y algunas decisiones de los personajes me resultaron un poco forzadas, casi
como si estuvieran ahí para encauzar la historia hacia donde convenía. Y sí,
algún giro se ve venir antes de tiempo.
En definitiva, una novela de suspense psicológico de rápida
lectura que me ha entretenido justo en el momento en que necesitaba algo sin
demasiadas complicaciones y por eso la recomiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario