Editorial: | |
Año de edición: | 2025 |
Páginas: | 496 |
P.V.P. | 21,90 euros |
Sinopsis:
En 2022, el pesquero Alacrán se hundió en las costas canadienses tras un fuerte temporal marítimo y solo sobrevivieron dos de sus veinticuatro tripulantes. Después del inicio del juicio para esclarecer las causas, aparece muerto Raúl Barros, el presidente del conglomerado empresarial propiedad del pesquero, junto a su única hija, con la que hacía tiempo que no se hablaba. A partir de ese momento se desata un complicado entramado corporativo en el que los miembros de la junta directiva de la naviera gallega lucharán por el control de la compañía. El inspector Tristán Negreira y la subinspectora Virginia Almada, del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Vigo, serán los encargados de investigar el doble crimen, cuyos motivos se remontan mucho tiempo atrás.
Fuente: web de la editorial
Opinión personal:
Con solo leer un fragmento de este libro supe que estaba ante una de esas historias que reclaman
tu atención de inmediato por la fuerza de su arranque. Menos mal que hice caso
a mi instinto dejándome llevar, porque ha resultado ser una lectura absorbente
que merece la pena no dejar pasar.
Vigo, 2022. Mientras las familias de los marineros que han
perecido en el naufragio del Alacrán, ocurrido hace siete meses, tratan de
asumir la pérdida y la justicia parece avanzar con lentitud y opacidad, la
muerte violenta del armador propietario del barco hundido y de su hija hacen
saltar todas las alarmas. Ese doble asesinato exige respuestas y el equipo del
inspector Tristán Negreira, será el encargado de dar con ellas. A medida que
avanzan en el caso, la investigación va sacando a la luz un entramado donde
intereses empresariales, codicia, corrupción y negligencias se combinan con la
fatalidad de un accidente marítimo que golpeó con dureza a tantas familias de
la ciudad…
La novela parte de un hecho real, una tragedia marítima que conmocionó
a España y en especial al pueblo gallego, el hundimiento del pesquero español Villa
de Pitanxo en 2022, en aguas canadienses, con un balance devastador de
víctimas y solo tres supervivientes. El autor toma este suceso como detonante y
dedica esta sobrecogedora historia de ficción a los marineros que perdieron la
vida en el mar, a lo largo de la historia de Galicia, y que raramente
encuentran justicia en la realidad.
Tristán Negreira y la subinspectora Virginia Almada forman un
binomio inseparable y efectivo. Sus personajes se alejan del estereotipo del
género literario y el autor los ha vestido de realidad, humanizándolos. Los
presenta como profesionales marcados por el desgaste, conscientes de que la
verdad rara vez es limpia y de que la corrupción suele dejar pocas huellas
visibles.
Si hubiera que ponerle un pequeño pero a la novela, es que la
ciudad de Vigo y todo su entorno está descrito de manera minuciosa y detallada.
Esa precisión ayuda a ubicar la acción con precisión, pero en determinados
pasajes el ritmo narrativo pierde algo de fluidez y pueden llegar a sacar al
lector de la historia. Hago un breve inciso para comentar que me ha gustado ese
guiño del autor a Domingo Villar y su icónico personaje de Leo Caldas. Además,
el final es tan sorprendente que dejará boquiabierto a más de uno.
Con un ritmo narrativo que invita a seguir pasando páginas,
diferentes puntos de vista, incluido el del propio asesino en primera persona,
cuya identidad desconocemos, la novela plantea preguntas incómodas sobre la
responsabilidad, la memoria y el precio real del progreso económico. El mar,
omnipresente, se convierte en símbolo de esa frontera difusa entre la vida y la
muerte, entre el trabajo digno y la explotación. Y la literatura, en manos de
este autor, actúa como un espacio donde al menos es posible reparar, aunque sea
de manera simbólica, una injusticia que en la realidad quedó sin resolver.
En definitiva, un noir policíaco con un trasfondo de
denuncia social con el que su autor rinde homenaje a los pescadores gallegos
que han perdido la vida en el mar. ¡Si no lo has leído, ya estás tardando!






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