Editorial: | |
Año de edición: | 2025 |
Páginas: | 384 |
P.V.P. | 21,95 euros |
Traductor: | Patricia Mata |
Opinión personal:
Volver a leer a un autor que dejó el listón alto con otro
libro siempre entraña un pequeño riesgo, pero con Robert Dugoni no he tenido ni
un momento de duda. Después de disfrutar de Una muerte en la colina,
tenía claro que quería repetir. Por suerte, esta nueva publicación no solo
mantiene el nivel, sino que confirma que tiene un talento especial para
construir historias que te atrapan desde primera hora en las que nada es tan evidente como
parece a primera vista.
La novela nos lleva a Seattle y sigue los pasos de Keera
Duggan, una brillante abogada y heredera de un apellido mítico, que regresa al
bufete familiar después de abandonar la fiscalía por problemas personales. Le
toca encargarse de la defensa de Vince LaRussa, un rico empresario acusado del
asesinato de su esposa a sangre fría. Pero el caso no es fácil, cada prueba
abre otra grieta, cada interrogatorio revela una capa nueva, y cada certeza que
Keera cree tener se desliza como una pieza que alguien mueve cuando apartamos
la vista.
Grosso modo, esta es la prometedora premisa de una historia que, aunque
funciona perfectamente como novela independiente, da inicio a una serie legal
protagonizada por la abogada Keera Duggan, un personaje que dará mucho juego. El
autor plantea la investigación como una partida de ajedrez, moviendo las piezas
con paciencia y precisión. Va dejando caer pistas poco a poco, como los peones que
avanzan lentamente por el tablero y al final resultan decisivos para rematar la
jugada. Y cuando parece que la partida se estabiliza, suelta una revelación que
reconfigura el tablero por completo.
Las tensas escenas judiciales están planteadas con una
claridad quirúrgica, sin abusar de tecnicismos, lo justo para que lo entendamos
todo sin sentirnos en una clase de derecho procesal. El ritmo es marcado, con
capítulos breves que se devoran y tienen ese efecto tan adictivo de uno más
y lo dejo, pero cuando te das cuenta son las tantas de la madrugada y no lo
puedes soltar.
Parte del magnetismo de la novela está en su protagonista,
Keera, que no se enfrenta solo a un caso difícil, sino a su propia historia
familiar. En esta partida no juega sola, en su bando cuenta con aliados
imprevisibles. Ahí está un padre brillante pero devastado por el alcohol, unas hermanas
con intereses diferentes y viejos rivales que conocen demasiado bien sus puntos
débiles y esperan, pacientemente, verla cometer un error. Todo ello convierte
la defensa no solo en una lucha judicial, sino en una guerra interna donde cada
movimiento puede acercarla a la verdad o precipitarla al desastre.
En definitiva, un thriller legal de trama absorbente que he
devorado como si no hubiera un mañana, ya que captó mi interés desde el mismo
prólogo. Una historia que se disfruta como una partida de ajedrez llena de
tensión, donde no siempre gana la pieza más poderosa, sino la que sabe esperar
el momento adecuado para moverse.






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