Editorial: | |
Año de edición: | 2025 |
Páginas: | 448 |
P.V.P. | 20,90 euros |
Traductor: | Constanza Fantin Bellocq |
Opinión personal:
Como historiadora del arte, no podía dejar pasar esta novela,
inspirada en hechos reales, que nos adentra en el mundo de las trabajadoras del
taller del artista y diseñador industrial, famoso por sus trabajos en vidrio,
Louis Comfort Tiffany.
La historia nos lleva hasta la Nueva York de 1899, una ciudad
en plena expansión que presume de modernidad, pero sigue imponiendo límites
férreos, sobre todo a las mujeres que aspiraban a algo más que al matrimonio. En
ese contexto conocemos a Emilie Pascal, una joven parisina que cruza el charco
huyendo de su pasado, con una maleta, su portafolio, su talento y ambición.
Está marcada por un origen incómodo. Ser la hija de un falsificador de arte es
una herencia que se ciñe sobre ella como una sombra constante. Dotada de un
talento excepcional y de una sensibilidad poco común para el color y el
detalle, Emilie encuentra trabajo en el taller de Tiffany, donde docenas de
artistas y artesanas diseñaban, creaban y ensamblaban obras de arte sin igual…
Desde sus primeras páginas, la novela invita al lector
a entrar en el taller de Tiffany, que se encuentra en plena ebullición,
preparando vitrales, jarrones, lámparas y mosaicos para presentarlos en la
Exposición de París, próxima a celebrarse. Un mundo donde la belleza surge de
un trabajo minucioso, fragmento a fragmento, con la luz filtrándose a través de
los colores, casi en silencio y con la concentración absoluta que exige un
trabajo que no admite fallos. Allí trabajan las llamadas chicas Tiffany,
un selecto grupo de jóvenes solteras elegidas para crear las célebres lámparas
y vitrales que hoy asociamos al lujo, la perfección y el refinamiento de la
casa Tiffany. Ellas crean, pero no firman. Su talento se transforma en
prestigio ajeno.
La autora rescata del silencio y rinde homenaje a mujeres
como Emilie, Clara, Grace o Alice y las convierte en protagonistas de una
historia que habla tanto de arte como de identidad. La presión para abandonar el
trabajo al casarse o la desigualdad salarial forman parte del día a día de unas
artistas que saben que su trabajo es imprescindible y, al mismo tiempo,
invisible.
La novela no solo cuenta cómo se crearon algunas de las
piezas más bellas del arte decorativo, sino quiénes estuvieron realmente detrás
de toda esa belleza. Y una vez que conoces sus nombres y sus historias, ya no
puedes volver a mirar una lámpara Tiffany de la misma manera. Lo he pasado en
grande buscando esas icónicas obras en internet, percibiendo su belleza
mientras me adentraba en la historia de su elaboración.
En definitiva, estamos ante una lectura ideal para quienes
disfrutan de la ficción histórica que recupera una parte olvidada de la Historia
del Arte e invita a preguntarse cuántas manos anónimas, cuántas vidas
silenciadas, hay detrás de las obras que admiramos. Un libro que he disfrutado
mucho y sin duda recomiendo.






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