Editorial: | |
Año de edición: | 2025 |
Páginas: | 416 |
P.V.P. | 19,90 euros |
Traductor: | Susana Sáenz |
Opinión personal:
No lo puedo negar, todos los títulos que publica esta
editorial me atraen como el imán al hierro, de ahí que no haya podido dejar
pasar este libro en el que las buenas dosis de suspense están garantizadas y su
lectura ha sido tan adictiva que me ha durado tan solo un par de días.
La novela cuenta con una premisa sencilla a la par que
inquietante: la noche de Halloween, la policía de Vancouver recibe el aviso de
una señora mayor que se ha despertado tras escuchar el grito de una mujer. Cuando
la detective Mallory Van Alst se presenta en el lugar de los hechos, una casa
de lujo situada frente al mar y conocida como la Casa de Cristal, se
encuentra con una escena sangrienta que parece sacada de una película de
terror. Hay signos de una pelea violenta, pero ningún cadáver. Al carecer de
pruebas concluyentes, deberá trabajar con la hipótesis de un homicidio. Por
otro lado, tenemos a Kit Darling, quien trabaja como empleada doméstica para
varias familias a través de la agencia de servicios de limpieza, que descubre
un secreto devastador sobre los dueños de la nueva casa que va a limpiar…
Con un inicio que podría parecer algo confuso (aunque para mí no lo ha sido en absoluto), la autora
construye una trama caleidoscópica de múltiples perspectivas y saltos en el tiempo
hasta el suceso que fue el detonante de los hechos del presente. Este juego narrativo añade dinamismo y nos introduce en un relato inquietante en el que la verdad
es un concepto volátil y fácilmente manipulable.
El personaje de Kit Darling es el alma de esta historia. Una
mujer con un pasado oscuro y una adicción: la de espiar las intimidades de las
personas para las que trabaja. Un pasatiempo que parece no hacer daño a nadie. La
autora nos sumerge en la mente de Kit a través de los fragmentos de su diario
que va intercalando entre los capítulos de breve extensión, un recurso
narrativo que funciona como las piezas de un rompecabezas que el lector debe
ensamblar, aumentando la sensación de incertidumbre y manteniendo el suspense
en todo momento. Su vulnerabilidad la convierte tanto en víctima como en una
amenaza para los demás. Esa ambigüedad moral hace que el lector se pregunte
constantemente: ¿es una víctima o una manipuladora?
En definitiva, una novela de suspense psicológico en la que nada
es exactamente lo que parece, que me mantuvo atrapada cual tela de araña y en
vilo hasta el mismo desenlace. Un desenlace que, a pesar de ser un tanto previsible, me ha resultado bastante satisfactorio y no deja ningún cabo suelto. No sé si ha quedado
claro cuánto he disfrutado de su lectura y creo que estarías cometiendo un error si la dejas
pasar.
Hola Marina, parece una premisa un tanto original. La tendré en cuenta.
ResponderEliminarUn besazo
Jajaja Vale, me has convencido, no la dejaré pasar si al menos leer las primeras páginas :-)
ResponderEliminarBesazo.
Eres tremenda! Tal como haces las reseñas, entran ganas de leer todo lo que lees. Te tenía que contratar el ministerio de Educación para inculcar las ganas de leer en el alumnado reacio a la lectura. Besos
ResponderEliminarPues sí que tiene buena pinta. Tomo nota, que no me sonaba de nada.
ResponderEliminarBesotes!!!
La de tiempo que llevo sin pasar por aquí pero ya ando de nuevo cotilleando recomendaciones para hacer la lista del día del libro. Este libro se viene conmigo, Marina
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