Las hijas de la tierra - Alaitz Leceaga

FICHA DEL LIBRO
Editorial:	B
Año de edición:	2019
Páginas:	568
P.V.P.	20,90 euros

Sinopsis:

Año 1889, La Rioja. Hay quien dice que una maldición se ciñe sobre los viñedos, secos desde hace años, de la finca Las Urracas. Mientras las grandes bodegas de la región comienzan su edad dorada, Gloria -la joven hija del propietario- languidece en la vieja mansión familiar, viendo aproximarse otro otoño sin cosecha.

Sometida a la autoridad de una tía cruel y un padre ausente, Gloria verá cambiar su vida de un día para otro cuando tenga que ponerse al frente del negocio familiar. Será entonces cuando comience una larga batalla que la enfrentará a los bodegueros y caciques locales, que no conciben tener como rival a una mujer. Y menos a una que pone en duda sus viejos privilegios.

Con la ayuda de sus hermanas, Gloria luchará por recuperar el esplendor de sus viñedos, al tiempo que se adentra en los secretos que esconden las habitaciones cerradas y los campos muertos de Las Urracas. Bajo la sombra de una maldición que solo al final sabremos si es cierta, las mujeres de esta novela lucharán, sin miedo a nada ni a nadie, por el poder que les pertenece.

Fuente: web de la editorial

Opinión personal:

Conocí a esta autora el año pasado cuando se publicó su novela debut, que me sorprendió gratamente y decidí seguir su trayectoria. Por eso hoy os traigo mis impresiones sobre "Las hijas de la tierra", una historia con la que Alaitz Leceaga ha logrado superarse, cuyas protagonistas absolutas son las mujeres y con la que nos traslada hasta un paisaje de suelos áridos y tonos ocres para sumergirnos en el mundo de la producción vinícola de finales del siglo XIX, en la Rioja.

El comienzo de la trama nos sitúa en el ocaso del cálido verano de 1889. Las tierras no producen sus frutos, están yermas por la falta de lluvia y en la finca de Las Urracas sus viñas permanecen secas. Llevan varias décadas dormidas, con la savia paralizada en el interior de sus retorcidos troncos. Según la rumorología popular del valle, aquellas tierras son tan áridas porque algo maligno las infectó. Ese algo diabólico tiene apellidos: las Veltrán-Belasco, la segunda familia más importante de la comarca. Sobre estas tres hermanas, de pelo ondulado color rojo brillante hecho de fuego, planea una maldición que se llevó por delante la vida de su madre y de su tía abuela. Ese es su legado. Ellas son Gloria, la mayor, Teresa y Verónica, "las endemoniadas" que se erigirán en dueñas de Las Urracas, una finca que con el paso del tiempo fue cayendo en una profunda somnolencia y acabó arruinada y polvorienta, en una tierra abrasada por el sol y olvidada por el mundo. Las hermanas tomarán las riendas del negocio familiar, que no ha producido una sola gota de vino en décadas, porque si las viñas no despiertan a la vida van a perderlo todo. Juntas harán frente a las adversidades y los prejuicios de una sociedad que se empeña en ningunearlas, anularlas y silenciarlas como personas por el mero hecho de haber nacido mujer.

La autora vuelve a utilizar la misma fórmula que tan buenos resultados le dio con su anterior publicación: una saga familiar protagonizada por mujeres muy especiales, un narrador protagonista, ciertos elementos góticos, un lenguaje impecable y cadencioso, un ritmo narrativo sosegado que invita a una lectura intimista aderezada con toques de realismo mágico, para envolver de misterio una trama correctamente planteada y desarrollada en la que todos sus personajes, tanto los principales como los secundarios, tienen secretos que ocultar e irán saliendo a la luz poco a poco para revelar una historia del dolor como herencia, de prejuicios, de superación y rebeldía.

Destacará por encima de todos sus personajes, brillando intensamente como un diamante, nuestra protagonista Gloria. Una joven que luchará por defender su legado y sacar adelante a sus hermanas. Un personaje principal complejo con el que he empatizado desde un primer momento y que ha llegado a emocionarme, al que veremos madurar con el paso del tiempo y cuya voz, en primera persona, nos paseará por San Dionisio, un pueblo lúgubre y pequeño de estrechas y enroscadas calles a cuyo frente está el peor cacique de la comarca, un tipo sin escrúpulos e incontenibles ansias de poder. Nos perderemos entre esas viñas que se obcecan en no despertar a la vida, o en la oscura y gélida bodega donde duermen grandes cubas de roble en las que décadas atrás fermentó el vino, o por los amplios pasillos vacíos y habitaciones silenciosas de una mansión decrépita.

Sintetizando: "Las hijas de la tierra" es una saga familiar que se adereza con breves pinceladas de novela histórica, romántica y toques de realismo mágico. Un relato de fácil lectura y revelaciones inesperadas que sorprenderán a más de uno, en el que se conjugan los celos, los rencores, los secretos, la venganza, el avance del progreso y las ansias de poder en una época en la que ser mujer significaba estar atada a encorsetados convencionalismos sociales, obligadas a ligar su destino al de un hombre. Las vivencias por salir adelante de una mujer con un secreto que marcó la vida de al menos dos generaciones de su familia y que ante un futuro incierto se reveló para defender el legado de su sangre. Gloria y sus hermanas son flores entre los escombros y no encajarán en el universo existente fuera de sus agrietadas tierras, pero todo cambiará cuando descubren que los peores demonios no son los que viven en ellas, sino los de fuera. Un título que recomiendo a los amantes de este género porque lo van a paladear con sumo placer, seducidos por su protagonista.

Y como siempre digo, esta es la opinión personal de una simple lectora, no de una crítica literaria.

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