Reseña El maestro de azúcar - Mayte Uceda

FICHA DEL LIBRO
Editorial:	Planeta
Año de edición:	2024
Páginas:	512
P.V.P.	21,90 euros

Sinopsis:

Norte de España, 1895: dos mujeres abandonan la apacible villa de Colombres para viajar a la lejana isla de Cuba. Sus motivos no pueden ser más distintos.

Mar, la hija del médico del pueblo, emprende la travesía siguiendo a su padre, encargado de dirigir un consultorio en una plantación de azúcar llamada Dos Hermanos.

Paulina, viuda demasiado joven y de origen humilde, se ve obligada a embarcar para contraer matrimonio con el prestigioso maestro de azúcar de la hacienda, un hombre a quien no conoce.
La primera sueña con ser médico; la segunda se pregunta si será feliz con su inminente esposo.
Dos jóvenes unidas por el mismo destino que emigran por amor y lealtad a la familia. Una isla exótica que oculta bajo su luz antiguos odios y venganzas. Todo ello a las puertas de la Guerra Necesaria, que dará a Cuba su independencia.

Fuente: web de la editorial

Opinión personal:

Tenía muchas ganas de leer algo de Mayte Uceda después de ver las excelentes críticas que cosechó con El guardián de la marea. Hoy os hablo de su nueva publicación, una novela de ficción histórica trufada de romanticismo, con la que vamos a realizar un viaje hasta la Cuba de finales del siglo XIX, poco antes de la Guerra de Independencia. Una historia que ha superado con creces mis expectativas, convirtiéndose en una lectura adictiva. Justo lo que necesitaba en estos momentos.

Una carta dirigida al párroco de Colombres, en la que se solicita una esposa de la localidad para el maestro de azúcar de un ingenio cubano, será el detonante de esta historia. Dos mujeres muy dispares cruzarán el océano para llegar a una isla que anda revuelta social y políticamente. Una en calidad de prometida, la otra junto a su padre, que ha sido contratado como médico en el dispensario de la hacienda Dos Hermanos. Durante la travesía van a sufrir una dolorosa pérdida y al llegar a la isla descubrirán un mundo de desigualdades e injusticias, todo ello en el microcosmos de un ingenio azucarero…

La novela cuenta con un variopinto elenco de personajes femeninos, de distinta clase social, entre los que destaca, como la luz de un faro en medio de una densa niebla, Mar Altamira, nuestra protagonista. Una mujer culta y adelantada a su tiempo que no está dispuesta a renunciar a su vocación de ser médica por nada ni por nadie. Comparte protagonismo con Paulina, una joven muy diferente a ella en muchos aspectos. Humilde de nacimiento, enviudó demasiado pronto y aún mantiene vivo el recuerdo de su marido. En su corta vida no ha habido otra cosa más que lutos y tragedias. Deambulaba por el mundo perseguida por la tristeza hasta que es enviada, en contra de su voluntad, a contraer matrimonio con un desconocido. En cuanto a los secundarios, quiero destacar dos muy entrañables que se quedarán conmigo por mucho tiempo: Mamita y Solita, siendo esta última una doméstica que se convierte en la sombra de Mar.

La recreación del contexto histórico resulta muy verosímil gracias a su vívida ambientación, fruto del arduo trabajo de documentación realizado por la autora. Consigue trasladar al lector a cada uno de los escenarios donde transcurren los hechos, quedando reflejada una época convulsa y llena de prejuicios. Lo sumerge de lleno en la idiosincrasia de la isla, una tierra hermosa pero hostil con los más vulnerables. También pone de manifiesto la difícil convivencia en el ingenio, el choque cultural y religioso, los abusos, injusticias y desigualdades, que son como la mala hierba en un jardín, en una sociedad llena de contrastes que cosifica a las mujeres como criaturas débiles e incapacitadas para otra cosa que no fuera parir hijos y ocuparse, en cuerpo y alma, de la familia.

Sintetizando: El maestro de azúcar es una novela de ficción histórica aderezada de romanticismo, que tiene como telón de fondo la pérdida de Cuba, la última joya del maltrecho imperio español. Una historia de personajes que mantuvo mi interés en todo momento y he disfrutado muchísimo.

Y como siempre digo, esta es la opinión personal de una simple lectora, no de una crítica literaria.

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